Hacer memoria no es anclarse en el pasado significa, más bien, todo lo contrario: situarse en el presente y explicar cómo el mismo no es fruto ni de la casualidad ni del azar sino el resultado de muchas acciones e intenciones que aquellos que nos precedieron fueron capaces de construir. Hacer memoria es celebrar que la vida es un don que Dios nos da de la cual muchas veces generamos actitudes incomprensibles, mientras que en otras somos capaces de manifestar todo aquello que llevamos de sensibilidad y de amor.En 1746 nuestra ciudad era bien distinta a la de hoy. Encerrada en su muralla y abierta, sin embargo, por la presencia de su puerto; tejida por un fuerte entramado de iglesias y de conventos y, sin embargo, percibiendo ya unas ideas de racionalidad que la estaban transformando, configuraban estas variables una mentalidad donde el sentido de la vida y de la muerte, del pecado y del perdón era bien distinto al de hoy. Una ciudad capaz de enfrentarse inopinadamente con la desolación de la epidemia, el miedo del terremoto o la devastación de la tormenta, conocía bien el dolor y la limitación humana y, por ello, era capaz de buscar en su fe el aliento para seguir. Aquel año, un malagueño llamado Martín Federico -hombre que curaba la tiña- lleno de amor a la Virgen de los Dolores fundó un rosario nocturno para recordar, a su paso por las calles de la feligresía de San Juan, la transitoriedad de esta vida, lo fugaz del ser y la solución de este destierro encontrando a Jesús el fruto bendito de María. Una devoción tan enraizada en nuestra ciudad creció pronto al extremo que, en 1747, debieron constituir un nutrido grupo de fieles que, necesitados de un lugar capaz para dejar los enseres del rosario e incluso la propia imagen, encontraron en la Capilla del Cristo del Perdón, aquella que se había construido en calle del Marqués, frente al Puente, el lugar idóneo para su sede. A partir de ese momento la Capilla del Puente empezó a ser conocida popularmente por el nombre de la Virgen de los Dolores y es Ella la que empieza a aglutinar una devoción que no ha decaído en estos dos siglos y medio aunque el paso del tiempo le hizo abandonar su primitivo enclave y trasladarse al Perchel, justo al otro lado del Puente. La Cofradía del Cristo del Perdón y Ntra. Sra. de los Dolores aunque reciente en el tiempo por su constitución canónica se reconoce heredera de esta centenaria devoción y quiere celebrar de la mejor manera que sabe y puede la efemérides que señalamos pues a partir de la misma pretende hacer memoria de muchas realidades que a los malagueños de esos doscientos cincuenta años han edificado en torno a la devoción a María por medio de la imagen de la Virgen de los Dolores. Como primer paso esta celebración quiere ser fundamentalmente una acción de gracias pues reconocemos que Dios, por medio de la imagen de la Virgen de los Dolores del Puente se ha servido para que el hombre exprese sus profundos sentimientos de amor, de fe, de gratitud. Recordar a María siempre será motivo de acción de gracias pues los cristianos reconocemos que Dios hizo en ella maravillas y en la plenitud de su gracia es bienaventurada por todas las generaciones. Nuestra segunda acción se centrará en el estudio, histórico, teológico o artístico del significado fundamental de la Virgen. Nos interesa, lógicamente nuestra pequeña historia, la de la imagen, la del barrio, o la cofradía, pero sobre todo queremos profundizar en el papel de María en la obra de salvación. La reafirmación de nuestro compromiso será nuestra tercera meta. La Cofradía tiene en su pequeña historia al menos rasgos de sensibilidad social que la hizo impartir clases a los niños del barrio, lanzar campañas de Navidad y de apoyo al Comedor de calle Pulidero, llamar la atención del Defensor del Pueblo para que conociera la realidad del Perchel o vincularse a una asociación de familias de drogadictos. Todo esto es fruto de una devoción centenaria. De algo que nosotros hacemos gracias a la ayuda que recibimos de María representada por la imagen de la Virgen de los Dolores. Por todo ello, por su devoción secular, por ser el puente que ha unido a generaciones de malagueños con Dios nuestro Señor, la Antigua Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y Nuestra Señora de los Dolores quiere, y así lo solicita a la autoridad eclesiástica, por medio de esta memoria, que corone canónicamente a la imagen de la Virgen de los Dolores del Puente para cerrar esta celebración. Texto introductorio del informe enviado al Obispado para la solicitud de Coronación de Nª Sª de los Dolores. |